De Agrimonia Eupatoria

Ayer abrí los ojos, miré por la ventana y vi como la luz del sol bañaba las hojas de los arboles. Respiro profundamente y siento como mi piel se calienta lentamente. Es primavera. ¿Cómo puede ser que ya sea primavera? Sigo aquí.

Las flores amarillas que te gustaban tanto ya florecieron de nuevo y parece que están por todas partes. A mi alrededor la tierra esta gritando ¡Despierta! ¡Abre tu corazón! Las hojas me hacen señas desesperadas, pero me cuesta ver a través de la luz del sol. Escalo montañas, pero nunca logro llegar a la cima.

Esas flores me escriben mensajes que no he logrado descifrar. Creo adivinar lo que intentan decir. Me permiten con colores volverlo a intentar. La brisa del Jardín abre mi puerta y lo invita a entrar aquí. Cuando veo su sonrisa me empieza a contagiar.