viernes, 29 de mayo de 2009

El cuento obligado Parte 2

Ya que la princesa era un ser tan puro y lleno de bondad, pensó que quien sea que estaba alla afuera no podría lastimarla. Se pregunto si era alguien que estaba perdido, que necesitaba de su ayuda. Consideró que si ella estuviera divagando por el bosque a estas horas le gustaría que alguien le ofreciera una mano. Al mismo tiempo, sabía que no podía invitar a cualquier persona al castillo, mucho menos de noche y estando sola. Decidió que la idea mas inteligente era esperar a que estuviera lo suficiente cerca para preguntarle si necesitaba algo.

Unos minutos más tarde, la figura llegó al pie de su ventana. Antes de que la princesa tuviera el valor de preguntarle quien era y que quería, una música hermosa, calmante y llena de emociones e intensidad empezó a sonar. La princesa cerró sus ojos. Escuchó hasta que la canción la llenó con su belleza. Primero lentamente, relajándola poco a poco. Olvidó el calor y el miedo que había sufrido. La invadieron las notas, hasta que sintió que explotaría. Entonces, la música terminó y la princesa durmio.

Al día siguiente la princesa no podía dejar de pensar en la música y en el ser misterioso que la produjo. No pudo concentrarse en nada. Recordar la canción la hacia sonreir, y llenarse de una emoción que no conocía. Esperó a que llegara la noche de nuevo, rezando porque la música volviera a ella. Y así fue. Esa noche mientras estaba acostada, empezó a sentir como la temperatura aumentaba, tanto que le impedía respirar. Se levantó y abrió la ventana. Esta vez el ser estaba ya ahí, afuera de su habitación. Esta vez la princesa pudo ver claramente a la figura. Le pareció el hombre mas hermoso que había visto.

El ser habló: “ Estoy aquí para entrar en tu alma y robarte de lo que más valoras. Hagas lo que hagas, no puedes confiar en mí. Sé que tienes muchas preguntas, pero no hay respuestas para ti, ni las habrá nunca. Basta con decir que soy como un demonio. Sólo puedo crear confusión en tu vida perfecta. Si quieres salvarte, huirás ahora. Todo en mi te causará dolor. Cuando me vaya, sentirás un vacio inmenso, que con el tiempo se llenará de odio y arrepentimiento. Estaré aquí con mi música hasta que aprendas a ignorarme. ” La música empezó y como el día anterior, la ayudó a conciliar el sueño.

domingo, 10 de mayo de 2009

No existe.

Son las cuatro veintidós. Me irritaba muchísimo que siempre que dormía contigo me despertaras a las cuatro porque no podías dormir, seguro por mis ronquidos. Cuando teníamos 12 fue la primera vez que fumamos. Los dos asustadísimos porque no teníamos idea como íbamos a reaccionar. Habíamos escuchado unas historias tremendas y molestísimas de todo tipo de reacciones fisiológicas a la mota y nos daba horror que los tipos, que obvio eran más grandes con los que conseguiste se fueran a reír de nuestra falta de experiencia. Creo que ahí nos habíamos dado como tres besos por experimentar y no nos había gustado nada. Pero igual a veces les decía a mis amigas, que no querías conocer porque la única niña que te caía bien era yo, que eras mi novio y me sentía súper madura e importante.

La verdad es que nunca tuvimos eso. ESO lo que hace que un día muy feliz te des cuenta que estas enamoradísimo de tu mejor amigo, y que no aguantas por confesárselo y que te diga lo mismo y seas meloso por siempre. Namas nos caíamos bomba desde chiquitos. Me hacías reír con unas cosas que creo que nadie más encontraría cagadas. Bueno, puede ser que la gente en mi vida ahora sí.

El punto es que fumamos y nos dio la risa por horas, los otros gueyes se fueron y nos dejaron en las vías del tren cagados de hambre y risa. Seguro les dimos mucha hueva porque creo que por lo menos yo no volví a saber de ellos. Solo sabía que tú conectabas tus drogas de algún primo de uno de esos tipos que había estado viviendo en Oaxaca vendiendo artesanías. Y el guey tenía como 16.

Después de esa vez fumar era ya como de diario. Te volviste de esos pachequines que regañan a la banda por fumar tabaco y echan el choro de años de cómo te hace peor que la marihuana. Yo estaba enojadísima contigo porque antes nos burlábamos de esa gente juntos. Pero luego me empezabas a invitar a los raves, y uff que si me la pasaba in cre ib le. Ahora lo pienso y me doy pena ajena. Era una escuincla ridícula entre una banda súper pesada que se la pasaba bailando con glow sticks hasta el amanecer rockeando la mini plastificada y las plataformas de 10cm ¡Si mis papás supieran! Seguro les manejaba el cuento de que estaba en casa de mi amiga la que a mi mamá le caía gordísima su mamá y por eso no hablaban ahí. Juntos le entrabamos a todo.

Al día siguiente te despertaba en la tarde para que me quitaras mi cruda moral y física. Me decías unos dos que tres chistorines maaalos, de los tuyos que nunca sabias cuando parar, y ya se me olvidaba la culpa. En los últimos años he conocido a mucha gente como tú, que me divierten más en la cruda que en la pary. Lo culero empezó cuando ya no nos acordábamos de nada nunca. Y siempre era el primo el que nos contaba como había sido el día anterior cuando nos despertábamos y a la hora ya andábamos igual de malitos. De esos días solo sé que le arruinamos sus quince a tu ex y nos corrieron de su casa. Y que una vez te llevaron al bote nunca supe porque.

Ahora, de repente me pregunto qué hubiera pasado. De menos, nos hubiéramos ido juntos de mochilazo como decías. Y neta hubiera sido todo un TRIP. Seguro me hubiera arruinado mi vida más. Seguro no hubiera hecho nada de las cosas que me dan orgullo. No tendría a mis amigos. No sabría como apreciar nada, ni las canciones que hacen mis días, ni mi familia que sobrevive lo que le avientes, ni el arte que me da esperanza. Nunca hubiera aprendido a echar desmadre sin arriesgar. Lo cual ahora me parece terapéutico. No me sentaría a escribir mis rants.

Pero puta, estaría mucho menos enojada. No tendría que sentir compasión por toooda la banda que ha perdido a alguien. No sería un anuncio de prevención en patas. No bloquearía dos años de mi vida como si no hubieran pasado. No me dolería todos los dias que te hubieras muerto.

Pero el hubiera no existe.

Tambien sé que no buscaría enamorarme, separarme, rebotar, volver a caer y regresar. No hablaria con fresas porque con ese tipo de gente no nos llevabamos. No iría sola a conciertos porque solo tu ibas a todo conmigo. No disfrutaria arreglarme y ser niña. No.No. No. No sería yo si no te hubieras muerto.



El Cuento Obligado..parte 1

Siempre hay una princesa pura. Siempre esta esa pobre mujer sobre la cual todos tienen expectativas. Todo el pueblo, la corte, los villanos y los príncipes azules las tienen. Sin su pureza y nobleza, no hay cuento. Por ahí vamos a empezar, por la historia de la princesa pura y de la tentación aquella que eventualmente la hizo perderla.

La princesa era una mujer fabulosa, inteligente, bonita, carismática, y con un gran sentido del humor. Aunque vivía resguardada en el castillo, estaba consciente de las condiciones sociales fuera de él, y tenia grandes planes para ayudar a los pobres cuando fuera reina. El atributo mas grande de la princesa es que a pesar de su gran sabiduría, nada dañaba su pureza, nada la afectaba.

Una noche de verano la princesa estaba tratando de dormir pero algo la estaba sofocando. Era un calor que nunca había experimentado. Tenia prohibido hacerlo, pero aun así abrió todas las ventanas de su recamara, quitó todas las cobijas de su enorme cama, y se recogió el pelo. Nada de esto la hizo sentir refrescada. No entendía que era lo que estaba sucediendo. En el castillo todos parecían dormir tranquilamente, no había ningún ruido y ella no lograba conciliar sueño. Estaba desesperada y jamás se había sentido asi. Le costaba trabajo respirar. Sentía que su cuerpo emanaba calor. No había una sola luz en su habitación. Desesperada, se levantó y se asomó por su ventana. Todas las luces del pueblo estaban apagadas, todo estaba en silencio. La princesa solo escuchaba el sonido de su respiración. Unos minutos después se dio cuenta de que alguien mas estaba afuera del castillo, mirándola. Sentía la una mirada penetrante sobre ella y aunque se escondiera tras la pared, sabia que alguien seguía ahí viéndola. Sintió miedo, pero su curiosidad era más fuerte. Se asomó una vez más, y le pareció ver a alguien en el bosque. Mas que una persona, era una luz. Era una imagen borrosa y brillante. Esta figura se agrandaba, acercándose.....