viernes, 16 de enero de 2009

Malditos Flirteos

Puede ser el celibato, o que la banda de mi generación decidió que casarse antes de los 25 es la onda, y eso me parece de lo más molesto. El caso es que por alguna razón, que probablemente también sea que el crush incrusheable nomás no pela, he caído en un coqueteo tremendo (tre men do!) con gente que no debería. Hay muchas razones por las que decir que coquetear con estas personas esta mal, re mal. En primera, no se sabe si son namás de esos que no tienen nada que hacer y les gusta andarle tirando el perro a todas por igual, y ya que hay retroalimentación positiva pierden el interés y se van con la que sigue. Como me cagan los güeyes que cuando ven vulnerabilidad salen corriendo. En segunda, son de esas personas que todo mundo te dice que antes igual y si pero ya no son para ti, entonces por comprobar que a ti esas cosas no te limitan ahora si a fuerza quieres que caiga. Y en tercera, también son como que prohibidas. Yo trato de convencerme de que seguro logro que haya un mega romance secreto, en el fondo sabiendo perfecto que yo sería la primera en contarle a toda la banda.

No ayuda tampoco la comunicación electrónica, si esto fuera en persona el güey se daría cuenta en menos de lo que acabo de decir verga que no se me da ni un poquito el flirty flirty. Osea, una trata pero tampoco se engaña. Vía mensajitos, no hay tanto ese problema. Una tiene más tiempo para reaccionar y el brother no ve la cara de “¡ay chinga! ¿Qué estoy haciendo?” No escucha la risa nerviosa constante. Mucho menos se entera de las veces que le preguntas a tu amiga que contestar porque se te acabó el ingenio.

La cosa es que yo, sabemos, soy una atascada y ya me desesperé, para variarle. Mucho ruido, mucho, pero una quiere saber para donde va la cosa. Si resulta que podría estar aprovechando esas horas de sueño porque esto no va por ahí pues sí que me molesto. El sueño es mi prioridad número dos. Ahí es donde entra el conflicto porque si ya pregunto así directo pues el güey notará, vía electrónica y todo, la desesperación de una. Y aunque no lo pueda ver, visualizaré perfecto la sonrisita de placer y de satisfacción de las personas. Se piensa que el no querer perder es más grande que la atascades. Pero, insisto, no se sabe.

3 comentarios:

  1. Con plena consciencia de sonar súper señoril (que by the way que son 2 pa' 30), tengo la completa necesidad de aquí darte my two cents:

    -Be careful what you wish for.

    (No necesariamente por este post, más bien por el sinouso camino que has establecido en el blog....)

    -No pain no gain.

    ResponderEliminar
  2. ya comente y no se guardo. Y me ardi, asi que ni modo

    ResponderEliminar